Son Rafaella Filipazzi y José Potenza, víctimas del Plan Cóndor. El cuerpo de la mujer será inhumado el sábado en Corrientes.
Los restos de Rafaella Giuliana Filipazzi y José Agustín Potenza, desaparecidos en 1977 por el Plan Cóndor, ejecutado por las dictaduras militares en la región, serán restituidos mañana a sus familiares, en Asunción. Los cuerpos habían sido hallados el año pasado en ese país por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
El Ministerio de Justicia de Paraguay realizará la entrega de los restos a los hijos de Filipazzi y Potenza, en Asunción.
El sábado, en el Memorial del Desaparecido, del cementerio San Juan Bautista de la ciudad de Corrientes serán inhumados los restos de Filipazzi, cuya hija, Ida Beatriz García, reside en esta capital. Los de Potenza serán enterrados en la provincia de San Luis, donde vive una hija suya.
Filipazzi nació en Italia, pero siendo pequeña emigró con su familia a la Argentina, donde se afincaron en Bahía Blanca. Se radicó en Buenos Aires, donde conoció a Potenza, músico y militante peronista. Ambos fueron secuestrados en junio de 1977 por una comisión policial paraguaya en el hotel Hermitage de Montevideo, desde donde fueron llevados al centro de investigaciones de aquella fuerza en Asunción.
La búsqueda de Filipazzi se inició en 1984 con la denuncia ante la Conadep que hizo su madre, Ida Zorzini, y continuó en 2010 en Corrientes por la hija de la militante, Ida Beatriz García.
Los restos óseos de la mujer fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense en su laboratorio de Córdoba en agosto del año pasado, tras ser contrastados con una muestra de sangre aportada por su hija al Banco Nacional de Datos Genéticos, luego del hallazgo logrado a través de exhumaciones en un predio del Escuadrón Especializado de la Policía Nacional de Paraguay, lindero a la cárcel de Tacumbú, en Asunción.
Las excavaciones en Paraguay se realizaron el 21 de marzo de 2013 y fueron posibles tras las declaraciones de víctimas paraguayas de la dictadura, que afirmaron haber visto a Filipazzi en cautiverio y torturada.
Se trata de testimonios propiciados desde 2004 mediante una colaboración de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Corrientes durante la gestión de Pablo Vassel.