Si bien historiadores contemporáneos afirman que el golpe de Estado de 1973 comenzó a imaginarse en 1968, el atentado contra la democracia tuvo un hito fundamental el 23/08/1973.
Salvador Allende había asumido la banda presidencial el 03/11/1970, sucesor de Eduardo Frei Montalva: un gobierno marxista en Chile, en plena Guerra Fría, era un evento muy complicado, aún antes de la nacionalización del cobre (principal producto minero del país).
Hubo una enorme grieta en la sociedad chilena, y obviamente en una porción de ella, las Fuerzas Armadas. Por un lado, alentada por los sectores más conservadores de la sociedad, representados por el comandante de la Fuerza Aérea, Gustavo Leigh; y por el vicealmiranteJosé Toribio Merino. Pero también por integrantes de la Unidad Populargobernante.
El general Carlos Prats González fue Comandante en Jefe del Ejército de Chile, luego del atentado contra su antecesor y amigo, el general René Schneider, asesinado por los fabricantes de la grieta sociopolítica (el 22/10/1970, una acción para impedir la elección de Salvador Allende en el Congreso electoral). Prats fue nombrado por el presidente Eduardo Frei Montalva, y ratificado por Salvador Allende, de cuyo gobierno fue ministro del Interior, de Defensa y vicepresidente de la República.
Cuando el general Carlos Prats fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército, en junio de 1973 Augusto Pinochet Ugarte ayudó a sofocar el llamado «tanquetazo», que fue un intento fallido de golpe de Estado encabezado por el coronel Roberto Souper, al mando del Regimiento Blindado N° 2 en contra del gobierno de Salvador Allende. El intento fue sofocado por el Jefe del Ejército, Carlos Prats; y los generales Pickering, Sepúlveda y Pinochet.
Sin embargo, más adelante en la historia, privado del apoyo del cuerpo de generales, Carlos Prats renunció a la comandancia en jefe. El 21/08/1973, luego de una manifestación realizada por las esposas de generales y otros oficiales superiores, Prats renunció al cargo, recomendando como mejor opción para ocupar el cargo al militar Augusto Pinochet.
Allende creía tanto en Prats que aceptó la propuesta de Pinochet, a quien nombró nuevo Comandante en Jefe. Lo que el entonces Presidente no sabía era que el sector golpista del Ejército trabajaba con apoyo estadounidense en un golpe de Estado con el argumento de impedir la consolidación de una «Nueva Cuba».
Así, 19 días más tarde de su nombramiento, el 11/09/1973 a las 06:00, comenzó el Golpe de Estado que incluyó el asesinato/suicidio de Salvador Allende, con un fusil AK-47 que le había regalado el presidente cubano Fidel Castro.
Sorprendió que Pinochet hubiera encabezado el golpe, pero mucho más que el Comandante, reconocido como un personaje torpe y casi sumiso, resultara un dictador, que lideró un régimen por 17 años, y bloqueara a cada uno de los jefes de las otras fuerzas militares y de seguridad que participaron del golpe de Estado.
José Morgado escribió en la web 24 Horas, de Santiago de Chile, una aproximación a la jornada clave:
«A las 17.00 horas de este 23 de agosto, pero hace 40 años, el Presidente Salvador Allende (PS) nombró a Augusto Pinochet como comandante en jefe del Ejército.
En medio del polarizado clima político entre los adherentes al Gobierno de la Unidad Popular (UP) y los que propiciaban el derrocamiento de Allende, este último accedió a sacar a los generales «golpistas» y a poner a Pinochet -quien era considerado leal- a la cabeza del Ejército.
Por lo mismo, indignación y sorpresa generó en el círculo cercano al Mandatario socialista que 19 días más tarde, un 11 de septiembre de 1973, fuera Pinochet quien encabezara el golpe de estado y posteriormente se convirtiera en el máximo jefe de la dictadura, que se extendió por 17 años.
En entrevista con 24Horas.cl, el historiador y docente de las las universidades de Valparaíso y Viña del Mar, Pablo Aravena, señaló que fue el renunciado general Carlos Prats quien propuso a Allende que designara a Pinochet.
«Prats era la persona que le hacía entender ciertos proceso a Allende y Allende no tenía por qué dudar de los consejos honestos», explicó el especialista, recordando que la designación se producía a sólo un mes del «Tanquetazo», el primer amague de intervención militar.
El desconocimiento de Prats del golpe que ya se estaba fraguando, explica Aravena, muestra su aislamiento dentro de los altos mandos de las Fuerzas Armadas, diferencias que culminaron con un atentado en su contra, realizado por la DINA en 1974, mientras estaba en Argentina.
El historiador aclara que el clima «belicoso» no sólo era propiciado por los militares, sino que también había sectores de izquierda, como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que barajaban la posibilidad de solucionar el conflicto político a través de las armas.
«No podemos quedarnos con la imagen que eran sólo los militares, por tener el monopolio de la fuerza, los que pensaban así. Habían sectores de izquierda que pensaban bélicamente. El MIR es el caso más ejemplar, pero también hay otros sectores minoritarios como la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP)», puntualizó.
Finalmente, consultado si el nombramiento de Pinochet terminó siendo clave en el golpe, Aravena precisó que «todo indica que aunque hubiese sido otro general, el golpe hubiera sido igual».
«Sabemos de que Pinochet, en primera instancia, fue un instrumento de sectores más amplios de las Fuerzas Armadas. El personaje clave del golpe es José Toribio Merino, el golpe no lo ordena Pinochet, lo ordena Merino (…) Pinochet es accesorio, luego se empodera», sentenció.»