Por Carlos Corz
Eusebio Gironda es uno de los miembros de la Comisión de la Verdad y facilitó su oficina para el inicio del trabajo. Dice que el plazo de dos años para la investigación puede extenderse.
La Comisión de la Verdad empezó ya su trabajo, aunque aún no en una oficina propia sino en la de uno de sus miembros, Eusebio Gironda, quien pidió este martes a la ciudadanía facilitar cualquier información o documentos para ayudar a esclarecer los asesinatos, desapariciones forzadas y otros hechos cometidos en las dictaduras militares.
La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional y Social ( Asofamd) fue una de las instituciones que, ni bien formada la comisión, se acercó para aportar en la investigación en torno a los gobiernos dictatoriales que gobernaron Bolivia en medio de una violencia sistemática contra quienes luchaban por la democracia.
Gironda fue una de las víctimas y ahora es parte de la comisión, pero dijo que trabaja con una visión de justicia y no de revancha y que eso lo demostró cuando vio a “muchos” torturadores en la calle. “No les he dado importancia. Podía llevar cinco, diez matones y golpearlo hasta que se muera, pero eso no es el problema, ya ha pasado una época”.
Dijo que empezaron a trabajar en su oficina y destacó la importancia de que la ciudadanía contribuya con la información o documentación que guarde. “Hasta un papel pequeño de esa época hace falta”, afirmó para graficar la importancia del apoyo de la ciudadanía.
Al menos unas 130 víctimas de los gobiernos de facto entre 1964 y 1982, entre ellas el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, están en la mira de la Comisión de la Verdad, según otro de sus miembros, Nila Heredia. “Marcelo Quiroga es importante pero son muchos más y todos importantes. Son aproximadamente 120 a 130 personas entre desaparecidos, pero hay otros casos de ejecuciones sumarias, torturas”, sostuvo.
Además de Gironda y Heredia, forman la comisión Édgar Ramírez, Isabel Viscarra y Teodoro Barrientos. El lunes ingresaron al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y su comandante, el general Luis Ariñez, expresó que cooperarán en la investigación, aunque en un primer momento dijo que los documentos de esa época pudieron ser destruidos.
Para Gironda, los actuales mandos militares tienen otra visión. “Ellos, francamente, dijeron: Todo lo que quieran, aquí está”.
Tienen un plazo de dos años para culminar el trabajo, aunque Gironda dice que puede ser extendido.