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Por Carolina Argüello Cruz

Este año se comenzará a implementar en el país la Ley 1874, que ordena “restablecer la enseñanza obligatoria de la historia de Colombia como una disciplina integrada en los lineamientos curriculares de las ciencias sociales en la educación básica y media”. La Ley fue sancionada a finales del año pasado por el presidente de la República, Juan Manuel Santos. Entre los objetivos que persigue la reintroducción de esta área de la enseñanza en el país están la de contribuir a la formación de una identidad nacional que reconozca la diversidad étnica cultural de la nación colombiana, desarrollar el pensamiento crítico a través de la comprensión de los procesos históricos y sociales de nuestro país, en el contexto americano y mundial, y promover la formación de una memoria histórica que contribuya a la reconciliación y la paz en nuestro país.

Hay que señalar que la autora de esta Ley es la senadora Viviane Morales. Ella ha asegurado que “Llevamos 32 años en nuestros colegios sin que se nos enseñe la historia. Hay que iniciar con el descubrimiento de una memoria histórica nacional, del conflicto armado”. Vale la pena aclarar que la cátedra de historia no será de aplicación inmediata porque deberá conformarse primero un Consejo Asesor de Historia —que será un órgano consultivo para la construcción de los documentos que orientan el diseño curricular de todos los colegios del país— y es probable que su implementación tarde al menos 6 meses.

Es importante preguntar: ¿En qué momento se dejó de dar historia en las aulas de clase? ¿Cómo se pudo prescindir de esta materia y se empaquetó en el concepto global de Ciencias Sociales?

En buena hora el regreso de la cátedra de historia. Es desconcertante el nivel de ignorancia con que muchos jóvenes llegan a la universidad.