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Por Esteban Ticona

En pasados días el presidente del Estado, Evo Morales, posesionó a los cinco miembros de la Comisión de la Verdad, que debe investigar los crímenes cometidos durante las dictaduras militares en Bolivia, entre 1964 y 1982. En esto el país ostenta la típica situación de haber sido el primero en impulsar una instancia de investigación de esta naturaleza en 1982, y al mismo tiempo de ser el último en consolidarla.

La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional y Social (Asofamd), en su larga lucha por esclarecer las detenciones políticas ha elaborado una lista de 150 desaparecidos durante la dictadura de Hugo Banzer (1971-1978), varios de ellos como parte del Plan Cóndor, en coordinación con las dictaduras de Argentina y Chile. También encontraron los restos de 14 personas desaparecidas, como la de René Sánchez, desaparecido en julio de 1980, en la dictadura de Luis García Meza y Luis Arce Gómez.

La conformación de la Comisión de la Verdad es un gran paso en la búsqueda por esclarecer las desapariciones y asesinatos de ciudadanos perpetrados por regímenes de facto. Esperamos que esté conformada por personalidades distinguidas que puedan dar conocer su trabajo muy pronto. El ícono de los desaparecidos contemporáneos en Bolivia es Marcelo Quiroga Santa Cruz, político socialista asesinado el 17 de julio de 1980 en la oficina de la Central Obrera Boliviana (COB), el mismo día que tuvo lugar golpe de Estado de Luis García Meza. Oír la voluntad del Comandante de las Fuerzas Armadas de colaborar en la investigación es altamente plausible.

Esta comisión se ocupará de las desapariciones políticas de las dictaduras militares. Pero nuestra historia está plagada de arbitrariedades de este tipo, y por eso puse el título de este artículo en plural. Por ejemplo, otro hecho atroz y poco conocido en nuestra historia ocurrió entre 1932 y 1935 con la incursión de la una logia militar denominada Legión Cívica, comandada por el coronel Justiniano Zegarrundo. Según algunas fuentes de investigación, esta legión se habría especializado en reprimir y aniquilar indios en plena Guerra del Chaco.

Aquí cabe pedir a las Fuerzas Armadas que pongan a disposición de los investigadores la documentación existente respecto al periodo de la Guerra del Chaco (1932-1935). Hay que recordar que el intelectual aymara Eduardo Nina Quispe fue capturado y encarcelado por esta Legión Cívica, acusado de instigar a los indios e incluso de ser comunista. Sin embargo, el verdadero “delito” de Nina Quispe fue pensar en renovar o refundar Bolivia, creando escuelas clandestinas indias. Sabemos que durante la década de los años 30 del siglo XX incursionaron las logias en varios países de América Latina. Por ejemplo, la Legión Cívica de Argentina y otra con el mismo nombre en Paraguay. En el primer caso, esta legión impulsó los primeros movimientos nacionalistas de la región, y del lado paraguayo se sabe muy poco.

Wali suma yatiyawiwa. Utt’asiwa Comisión de la Verdad sutini, jupakawa qhanstayapxani jaqi chhaqhatanakata. Askipanaya jupa irnaqirinakaru.